¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas áreas de tu vida no maduran?. A veces nos sentimos como niños en cuerpos de adultos. O, si no te habías dado cuenta, probablemente hay alguien cerca de ti que te lo ha estado diciendo constantemente: "¡Madura!".
El punto es que si hay un área de tu vida que no debería quedar inmadura, es tu espiritualidad.