Natalia Martínez Mejía, performancera, corista, directora de casting, y Ana Paula Molina, psicóloga y especialista en aceptación corporal y “alimentación intuitiva”, quienes se identifican como “activistas gordas”, nos cuentan su experiencia en comprar ropa. Constatan que la industria de la moda hace a un lado a los cuerpos gordos y, si los considera, es “un engaño”, dice Ana Paula, pues no puedes encontrar prendas más allá del XL. La marca que les da opciones se dedica al fast fashion o moda rápida que se refiere a la producción de ropa según la tendencia, sin cuidar sus materiales ni condiciones laborales de quienes la hacen, según Greenpeace. Pero no sólo eso: también hablan de la falta de representatividad de otras corporalidades en la industria del entretenimiento y la publicidad. Sin embargo, cada una, por su parte, ha creado un espacio seguro para sus amigas, donde han construido una posición política sobre la corporalidad para hacer frente a estos estereotipos de género que las han discriminado.