Todos anhelamos un trabajo que nos desarrolle el 2023 y nos permita cumplir nuestros sueños. 

Un pensador del management, Peter Drucker, nos advertía hacia el año 1999 que en nuestra vida laboral deberíamos ocuparnos de desarrollar dos carreras profesionales. Hoy ello ya no basta, incluso deberíamos considerar que algunas de dichas profesiones aún no se crean. Lo nuevo y relevante es que ya no bastará con hacer bien el trabajo actual.

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Cuando se pierde el sentido de nuestra vida laboral, perdemos la vida en nuestro trabajo.

Es nuestra convicción que nuestras cargas sociales y laborales, no nos están permitiendo explorar y/o unir experiencias diversas que nos permitan comprender mejor el mundo paradojal y discontinuo que enfrentamos. No nos queda tiempo para ello, es lo que se percibe y declara.

La mayor parte de las personas en general están destinando casi la totalidad de su tiempo hábil para “producir” y si bien son conscientes que hay otras posibilidades de aprendizaje y expresiones humanas, como el “crear” no se están aprovechando. Estamos más dedicados en producir, más que en sostener la exploración y ser felices.

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DEL DICCIONARIO DE LA REAL ACADEMIA DE LA LENGUA: incertidumbre1. f. Falta de certidumbre. CERTIDUMBRE = CERTEZA De cierto.

1. f. Conocimiento seguro y claro de algo.2. f. Firme adhesión de la mente a algo conocible, sin temor de errar.

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Tú dimensión de valor económico, y su relación con el tiempo, es tan relativa y personal cómo seres humanos existen, pero tiene que ver con la sostenibilidad y el concretar nuestro hacer. Es sostenibilidad ya que nuestras necesidades básicas deben estar cubiertas para lograr desde ahí, realizar nuestra contribución única. La sostenibilidad es lo higiénico, necesario para que nuestro esfuerzo esté más en crear que en el sobrevivir.

Es concreción porque la propuesta de valor se logra en un contexto y recursos determinados que permiten crear valor y apropiarnos de parte de éste para sostener nuestra vida y planes.

El primer paso para esta dimensión es identificar en forma precisa cuáles son las denominadas capacidades resolutivas o contextuales que están

conformadas por los conocimientos y habilidades que nos permiten hacer una tarea, actividad y/o resolver un conjunto de problemas.

Se trata de nuestra capacidad de modificar nuestro entorno desde nuestra capacidad de hacer. Son capacidades contextuales ya que la eficacia de nuestro hacer está determinado por los recursos y circunstancias en que se inserta nuestra acción.

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En nuestra DIMENSIÓN de valor LABORAL nos encontramos en uno de los mundos de nuestro “hacer” que más notoriedad alcanza, ya que pasamos gran parte de nuestra vida en este ámbito de acción.

Es el ámbito en el cual se ponen a prueba, en el proceso de creación de valor, nuestros conocimientos, habilidades, destrezas y experiencia. Ámbito también sujeto a la evaluación explícita de los demás, ya que tiene que si nuestro impacto cumple con las expectativas de los demás.

Es, sin lugar a dudas, una de las dimensiones más exigentes en el entorno que vivimos ya que con su velocidad y diversidad, imponen la necesidad de una reconfiguración cada día en menos tiempo, depositando en nuestras manos el aprender y desaprender tanto en lo cognitivo como en lo conductual a fin de mantener la capacidad de creación de valor profesional, fuente clave y primaria de nuestro sostenimiento.

La adaptabilidad y el aprendizaje continuo adquieren una importancia crucial para nuestro desarrollo como personas.

Qué sabemos y qué sabemos hacer o resolver, es nuestra huella en el proceso de creación de valor para nosotros y quienes nos rodean, como también lo es, el proceso de adaptabilidad cognitiva y conductual que debemos asumir.

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Tú DIMENSIÓN de valor SOCIAL se encuentra el ámbito de la contribución, es decir, el valor que creamos para los demás a través de nuestros vínculos sociales.

Ya hemos afirmado que ser persona es estar en relación. No nos concebimos como personas aisladas: somos individuos con identidad propia pero no individualistas. La persona es plena, cuando cuenta con vínculos que le dan pertenencia y sentido a su existir: todo surge de los demás y va hacia los demás.

La evidencia nos lleva cada vez más a concebir la vida como una contribución a los demás, a tomar la iniciativa en el dar más que en el recibir.

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Tú Dimensión PERSONAL tiene que ver con lo más íntimo y esencial de nosotros, es conciliar nuestra persona con nuestro Propósito Personal, nuestro ser, nuestro ADN, con lo más personal de nosotros.

Esta dimensión de valor está dividida en dos pilares, cada uno de los cuales comprende un aspecto del cual hay que hacerse cargo para lograr un despliegue pleno de la dimensión y así, crear valor para nosotros mismos y para quienes nos rodean.

Es la dimensión de valor que indaga en nuestro mundo interior, buscando aquellas definiciones que nos permitan “estar y crear” en el mundo. Esta dimensión es el puente entre nuestro propósito personal y la predisposición ante el mundo que crea las condiciones para que nuestro Hacer sea eficaz y bueno.

El valor personal es el primer ámbito a trabajar, modelar y desarrollar, que es a la vez irrenunciable e ineludible, cuya consecuencia es tanto energía, como capacidad y calidad de las relaciones interpersonales.

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