La mirada sana empieza en uno.
No todos tienen la fortaleza de seguir caminando con la frente en alto después de tropezarse con una y otra piedra. Por eso el modo oruga. Donde te aislás de los estímulos exteriores, para sanar con tu interior. Donde dejás de buscar placebos afuera para sanar tu alma. Donde te mirás al espejo y tenés que lograr con honestidad poder decir: "te amo". Donde te conectás con vos y te perdonás. El viaje duele. Pero sanar no es lineal. En este episodio te ayudo a mirar con amor ese difícil camino.