El heredero al trono de Arabia Saudita es el gobernante de hecho en el reino y pesan sobre él las acusaciones por el descuartizamiento del periodista opositor Jama Khashoggi en la embajada árabe en Turquía. El crimen y su apoyo a la guerra contra Yemen han ensombrecido el proceso de apertura cultural que lidera desde su llegada al máximo poder.