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Or
En este episodio estudiamos la transfiguración de Jesús y su conversación con Moisés y Elías. También puedes leer esta reflexión en nuestra página web. https://oidyved.com/moises-y-elias/
28 Como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
29 Mientras oraba, la apariencia de su rostro cambió y su vestido se volvió blanco y resplandeciente.
30 Y dos varones hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías.
31 Estos aparecieron rodeados de gloria; y hablaban de su partida, que Jesús iba a cumplir en Jerusalén.
32 Pedro y los que lo acompañaban estaban rendidos de sueño; pero, permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos varones que estaban con él.
33 Y sucedió que, mientras estos se alejaban de él, Pedro dijo a Jesús:
Maestro, bueno es para nosotros estar aquí. Hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés y una para Elías.
Pero no sabía lo que decía.
34 Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
35 Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.
36 Cuando cesó la voz, Jesús se encontraba solo. Ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.
En este episodio estudiamos la transfiguración de Jesús y su conversación con Moisés y Elías. También puedes leer esta reflexión en nuestra página web. https://oidyved.com/moises-y-elias/
28 Como ocho días después de estas palabras, Jesús tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar.
29 Mientras oraba, la apariencia de su rostro cambió y su vestido se volvió blanco y resplandeciente.
30 Y dos varones hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías.
31 Estos aparecieron rodeados de gloria; y hablaban de su partida, que Jesús iba a cumplir en Jerusalén.
32 Pedro y los que lo acompañaban estaban rendidos de sueño; pero, permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús y a los dos varones que estaban con él.
33 Y sucedió que, mientras estos se alejaban de él, Pedro dijo a Jesús:
Maestro, bueno es para nosotros estar aquí. Hagamos tres enramadas, una para ti, una para Moisés y una para Elías.
Pero no sabía lo que decía.
34 Mientras él decía esto, vino una nube que los cubrió; y tuvieron temor al entrar en la nube.
35 Y vino una voz desde la nube, que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd.
36 Cuando cesó la voz, Jesús se encontraba solo. Ellos callaron, y por aquellos días no dijeron nada a nadie de lo que habían visto.