2 Samuel 7:25-29

Nuestra relación con Dios es solo eso: una relación, lo que significa que debe haber algún aspecto de reciprocidad. Dios nos permite estar en una posición que ofrece hospitalidad, en lugar de que siempre seamos nosotros las personas que la recibamos. Se nos permite mostrar nuestro amor a Dios a través del servicio y la adoración, incluso cuando somos bendecidos por ese mismo servicio y adoración.

Sabemos que David ofreció construir el templo en Jerusalén, la casa donde moraría el espíritu del Señor. Por supuesto, no se terminó en su vida y, en cambio, fue cumplido por su hijo Salomón.

Sin embargo, aquí hay un giro de la narrativa. No era David prometiendo construir una casa para Dios, sino Dios prometiendo construir una casa para David. Es Dios construyendo una relación con David, una en la que ambas partes están dando y recibiendo promesas, y estableciendo a Dios como diferente de cualquier otro.

El poder de Dios se usa para bendecirnos, y se nos permite bendecir a Dios a cambio.

Autor: Lexi Sunberg

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