El mantener la llama ardiendo es nuestra responsabilidad; hoy traigamos nuestro corazón como leña al altar y Dios encenderá la llama ¡El mover del Espíritu Santo arderá como llamas en nuestro corazón!
El mantener la llama ardiendo es nuestra responsabilidad; hoy traigamos nuestro corazón como leña al altar y Dios encenderá la llama ¡El mover del Espíritu Santo arderá como llamas en nuestro corazón!