Entre 1437 y 1445, el reino de castilla se vio envuelto en una guerra civil en la que se enfrentaron dos fracciones nobiliarias. Una parte estaba formada entre otros por el propio rey, juan II, su hijo el príncipe Enrique, y el condestable de castilla don Álvaro de luna
La otra fracción estaba encabezada por los infantes de Aragón, hijos de Alfonso V de Aragón, don Juan y don Enrique, además de un grupo significativo de la nobleza castellana como el almirante de castilla Fadrique Enriquez, el conde de Benavente Rodrigo Alonso de Pimentel, y el conde de valencia Juan López de Acuña
El origen de este enfrentamiento estaba en la rebelión de determinados grupos nobiliarios contra don Álvaro de Lunas, dado el poder casi absoluto que detentaba el mismo.