La fiesta está terminando y Jesús levanta su voz: si alguien tiene sed venga a mi y beba; el que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Sus palabras retumbaron en muchos corazones. Unos creyeron en él, otros que tenían la tarea de apresarlo regresaron con las manos vacías reconociendo que nadie habla como Jesús habla. La gente escucha a Jesús y se divide. Nadie es ajeno a la voz de Jesús; y sus palabras nos guían a creer en él para tener vida eterna.
Musicalización: Natanael Ospina.