Lejos de hacer apología de la violencia, la cumbia no hace la vista gorda y se planta ante una nueva cuestión social. Aprieta sus puños y pone mano dura para darle al guiro y al timbal contando, como es costumbre, vivencias que reflejan la violencia que se viven día a día en los barrios.

La cumbia unifica y dignifica. Por eso que toma, homenajea, rastrea, chetea al cancionero del rock nacional para, incluso, mejorar estos temas y acercarlos al barrio, traspasando una vez los límites sociales, geográficos y de la vergüenza.

La cumbia evidencia una vez más su caracter testimonial mostrando a través de sus prosas las distintas caras de la amistad. Las buenas y las malas, lo que se quiere recordar y lo que es mejor olvidar, la chicha y la limonada.

La cumbia nos acerca a estos personajes de fantasía y los hace más cercanos; incluso genera sus propios héroes y villanos. Por eso, inspirados en el ritmo del güiro y los timbales, elegimos recorrer las historias de estos personajes de barrio.

Al igual que la cumbia, el fútbol genera pasiones, despierta sentimientos y nos regala vivencias únicas, verdaderos testimonios que se vuelcan en las letras de las canciones. Este es un pequeño recorrido por los nexos entre estas dos grandes pasiones argentinas.

La cumbia, en su carácter testimonial, no le hace la vista gorda a algo a lo cualquiera puede estar expuesto como son las enfermedades.