Brenda Navarro escribe hurgando la lengua. Con "Ceniza en la boca" trenza los hilos de la migración, la maternidad, el cuidado y la muerte, para poder hablar de Diego, un joven que se suicida y que les deja a las mujeres de su familia la inaplazable necesidad de hablar de sus dolores.
En esta conversación, la autora cuenta su proceso de escucha siendo migrante y la forma en el que los idiomas le han presentado las ciudades. A la vez, profundiza en lo que enfrentan las mujeres sudamericanas en España, la precarización laboral y la libertad que ofrece la distiancia para muchas.