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Mientras más fuerte es la tormenta, más cerca está Dios de ti!

1.- Pon todo el peso de tus cargas en las manos de Dios. Y cuando veas que tomas la carga de nuevo, vuelve y colócala en sus manos. Y repite este ejercicio hasta que ya no tomes las cargas contigo.

2.- No te aísles. Se intencional al buscar una persona que te escuche con empatía.

3.- Recuerda que Dios ha prometido que siempre estará contigo; no tienes porque temer.

4.- Dios está siempre en control y El es siempre bueno.