“No temerás que de repente te asalten las calamidades que merecen los impíos. El Señor te infundirá confianza, y evitará que tus pies queden atrapados” (Proverbios 3:25, 26).
“No temerás que de repente te asalten las calamidades que merecen los impíos. El Señor te infundirá confianza, y evitará que tus pies queden atrapados” (Proverbios 3:25, 26).