No te conformes con las migajas de la cosecha, cuando estás destinado a disfrutar de tu propia tierra, de grandes cosechas y de una vida abundante.
Sé que alguien necesita escuchar esto: No te desanimes ni te devuelvas, porque las pocas espigas que hoy ves, son el preludio de una gran cosecha y tus detractores, tus acreedores y quiénes te menospreciaron, serán testigos de cómo Dios cambiará tu historia de escacés y dolor, por una hermosa historia de bendición.
Y a través de ti sus vidas serán impactadas y entonces vendrán para decirte: «Perdón, pero también quiero un cambio en mi vida. Desde hoy tu gente será mi gente y tú Dios, también será mi Dios».