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No es lo que ofrecemos el olor grato, sino cómo lo ofrecemos, nuestro corazón y nuestra mente deben estar preparados para agradarle a él. como lo dice el Salmista “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. (Salmos 51:17) Para que suba a Dios como un perfume grato que ningún perfumista pudiera fabricar, sino solamente nosotros a través de nuestras obras y pensamientos.
By Tunika BibliaNo es lo que ofrecemos el olor grato, sino cómo lo ofrecemos, nuestro corazón y nuestra mente deben estar preparados para agradarle a él. como lo dice el Salmista “Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios”. (Salmos 51:17) Para que suba a Dios como un perfume grato que ningún perfumista pudiera fabricar, sino solamente nosotros a través de nuestras obras y pensamientos.