Este último capítulo de la serie documental propone diversas formas de sanación del planeta, entre ellas la reintroducción de varios animales que contribuyen enormemente al medio ambiente. El antílope saiga, de aspecto ridículo, por ejemplo, pastaba en manadas de millones de ejemplares por toda Europa y China, manteniendo la pradera más grande del mundo gracias a su pastoreo y la propagación de semillas. Fueron diezmados por la caza furtiva, pero el esfuerzo por recuperarlos en gran número puede salvar la estepa. La serie muestra cómo la reintroducción de tan solo 20 especies de animales grandes mejoraría el planeta.