Este pasaje nos demuestra que la fuente de nuestro celo y confianza para proclamar el evangelio es experimentar personalmente el mismo poder del evangelio, para salvar a todo el que cree.
Este pasaje nos demuestra que la fuente de nuestro celo y confianza para proclamar el evangelio es experimentar personalmente el mismo poder del evangelio, para salvar a todo el que cree.