
Sign up to save your podcasts
Or
El ozono es un gas cuyas moléculas están formadas por tres átomos de oxígeno que, sobre la superficie terrestre, tiene tanto origen natural, en rayos de tormenta y océanos, como artificial, usado como desinfectante y en muchos procesos industriales. Pero es en las capas altas de la atmósfera donde su existencia es vital para nosotros. En la estratosfera, en alturas que rondan los 25 kilómetros, el ozono se convierte en una especie de defensor de la vida que se desenvuelve en la superficie. Y es que, en esos lugares, el ozono bloquea la radiación ultravioleta más dañina procedente del Sol e impide que llegue hasta nosotros. Pero esa capa de ozono protectora ha sufrido cambios notables durante los últimos 50 años debido a la acción de compuestos denominados clorofluorocarbonos o CFC. liberados por el ser humano, que destruyen en el ozono estratosférico y ponen en peligro a los seres vivos. Por suerte para nosotros los gobiernos de todo el planeta se pusieron de acuerdo para reducirlos y el ozono se está recuperando. No obstante, esa recuperación no es todo lo rápida que debiera porque los CFCs no son los únicos factores que atacan al ozono. Una artículo publicado en Nature Climate Change por nuestro invitado, Julián Villamayor, investigador posdoctoral en el Departamento de Química Atmosférica y el Clima del Instituto de Química Física Blas Cabrera, llama la atención sobre otros productos destructores del ozono que se conocen como halógenos de vida corta. Más información en https://cienciaes.com
El ozono es un gas cuyas moléculas están formadas por tres átomos de oxígeno que, sobre la superficie terrestre, tiene tanto origen natural, en rayos de tormenta y océanos, como artificial, usado como desinfectante y en muchos procesos industriales. Pero es en las capas altas de la atmósfera donde su existencia es vital para nosotros. En la estratosfera, en alturas que rondan los 25 kilómetros, el ozono se convierte en una especie de defensor de la vida que se desenvuelve en la superficie. Y es que, en esos lugares, el ozono bloquea la radiación ultravioleta más dañina procedente del Sol e impide que llegue hasta nosotros. Pero esa capa de ozono protectora ha sufrido cambios notables durante los últimos 50 años debido a la acción de compuestos denominados clorofluorocarbonos o CFC. liberados por el ser humano, que destruyen en el ozono estratosférico y ponen en peligro a los seres vivos. Por suerte para nosotros los gobiernos de todo el planeta se pusieron de acuerdo para reducirlos y el ozono se está recuperando. No obstante, esa recuperación no es todo lo rápida que debiera porque los CFCs no son los únicos factores que atacan al ozono. Una artículo publicado en Nature Climate Change por nuestro invitado, Julián Villamayor, investigador posdoctoral en el Departamento de Química Atmosférica y el Clima del Instituto de Química Física Blas Cabrera, llama la atención sobre otros productos destructores del ozono que se conocen como halógenos de vida corta. Más información en https://cienciaes.com