Números 26: Preparando una nueva generación.
Números 26:1-11:
Aconteció después de la mortandad que el SEÑOR habló a Moisés y a Eleazar, hijo del sacerdote Aarón, diciendo: “Hagan un censo de toda la congregación de los hijos de Israel, de veinte años para arriba, según sus casas paternas, de todos los que en Israel puedan ir a la guerra”.
Moisés y el sacerdote Eleazar les hablaron en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó, diciendo: “Cuenten al pueblo de veinte años para arriba, como el SEÑOR ha mandado a Moisés”.
Los hijos de Israel que habían salido de la tierra de Egipto fueron: Rubén, primogénito de Israel. Los hijos de Rubén fueron: de Enoc, el clan de los enoquitas; de Falú, el clan de los faluitas; de Hesrón, el clan de los hesronitas; de Carmi, el clan de los carmitas. Estos son los clanes de los rubenitas. Los contados de ellos fueron cuarenta y tres mil setecientos treinta. Hijo de Falú fue Eliab, y los hijos de Eliab fueron: Nemuel, Datán y Abiram. Estos, Datán y Abiram, eran los nombrados de la congregación que contendieron contra Moisés y Aarón, con el grupo de Coré, cuando contendieron contra el SEÑOR; y la tierra abrió su boca y se los tragó a ellos y a Coré. Y los de aquel grupo murieron cuando el fuego consumió a doscientos cincuenta hombres, los cuales sirvieron de escarmiento, aunque los hijos de Coré no murieron.
Números 26:63-65:
Estos fueron los contados por Moisés y el sacerdote Eleazar, quienes contaron a los hijos de Israel en las llanuras de Moab, junto al Jordán, frente a Jericó. Entre estos no se hallaba ni uno de los contados por Moisés y por el sacerdote Aarón, quienes contaron a los hijos de Israel en el desierto de Sinaí; porque el SEÑOR les había dicho: “Ciertamente morirán en el desierto”. No quedó, pues, ninguno de ellos, excepto Caleb hijo de Jefone y Josué hijo de Nun.
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En estos capítulos donde se describen las genealogías encontramos grandes detalles acerca de eventos admirables o trágicos que ocurrieron a ciertos personajes. También vemos quienes eran los padres o los hijos de personajes importantes.
En esta lista vemos lo que ocurrió a familias enteras que perecieron por su rebeldía como algunas familias de Rubén. También algunos líderes de la tribu de Levi como Coré, Datán y Abiram que perecieron.
Aquí vemos la misericordia de Dios que no destruyó a los hijos de Coré. Posiblemente se apartaron de su padre y no participaron de su rebeldía. De ellos vemos que sus descendientes se convirtieron en una generación de adoradores, escribiendo varios salmos y participando en la adoración en el tabernáculo en el tiempo de David.
Al final del capítulo vemos cómo Dios dirigió a Moisés para que vaya preparando a esta nueva generación que sí creyó en la promesa del Señor de que les daría una tierra de abundancia. El Señor primero le ordenó hacer un censo de los sobrevivientes de aquel pueblo que salió de Egipto, se movilizó en medio de un desierto peligroso, cuando les faltó comida y agua, Dios les suplió de toda sus necesidades, los guardó de ser exterminados por otros pueblos y los perdonó muchas veces cuando fueron infieles.
Ahora, sus descendientes estaban al frente, otra vez en el mismo lugar donde sus padres estuvieron casi 40 años atrás cuando rechazaron entrar a la tierra prometida.
Esta generación había aprendido la lección del precio que pagaron sus padres y esta vez estaban preparados para entrar y conquistar la tierra. Conforme al número de sus tribus y clanes, Dios estableció el orden de la cantidad de terreno que recibirán. Moisés fue diligente en dejar que esta nueva generación estuviera lista para experimentar a plenitud el cumplimiento de la gran promesa del Señor.
Qué importante es, como líderes de nuestro hogar, poder transmitir estas promesas del Señor, que nuestra generación continúe con lo que Dios comenzó en...