Números 32: ¿Aprendieron o no la lección?
Números 32:5-15:
Por eso —dijeron—, si hemos hallado gracia ante tus ojos, sea dada esta tierra a tus siervos como posesión; no nos hagas cruzar el Jordán.
Pero Moisés respondió a los hijos de Gad y a los hijos de Rubén: —¿Irán sus hermanos a la guerra y ustedes se quedarán aquí? ¿Por qué desalientan a los hijos de Israel, de modo que no crucen a la tierra que les ha dado el SEÑOR? Así hicieron sus padres cuando los envié desde Cades-barnea para que reconocieran la tierra. Fueron hasta el arroyo de Escol, y después que reconocieron la tierra desalentaron a los hijos de Israel para que no entraran en la tierra que el SEÑOR les había dado.
Entonces se encendió el furor del SEÑOR, y juró diciendo: “Los hombres que vinieron de Egipto, desde los veinte años para arriba, no verán la tierra de la cual juré a Abraham, a Isaac y a Jacob, porque no me siguieron con integridad; excepto Caleb hijo de Jefone el quenezeo y Josué hijo de Nun, quienes con integridad han seguido al SEÑOR”. El furor del SEÑOR se encendió contra Israel, y los hizo andar errantes cuarenta años por el desierto, hasta que pasó toda aquella generación que había hecho lo malo ante los ojos del SEÑOR. Y he aquí, ustedes han sucedido a sus padres, prole de hombres pecadores, para añadir más al ardor de la ira del SEÑOR contra Israel. Porque si dejan de ir en pos de él, él volverá otra vez a dejarlos en el desierto; y destruirán a todo este pueblo.
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No olvides leer el capítulo completo para que no te pierdas ninguno de los detalles.
En este capítulo vemos a un grupo del pueblo de Israel pertenecientes de las tribus de Rubén y la media tribu de Manasés pidiéndole a Moisés que les dejé las tierras que ya habían conquistado. Tierras apropiadas para ellos que tenían mucho ganado.
La tierra que Dios le prometió a Israel era la que estaba pasando al otro lado del río Jordán; sin embargo, Dios también les permitió conquistar parte de la tierra antes del Jordán.
Esa petición puso nervioso a Moisés, pues pensó que ellos querían acomodarse en la tierra y no cumplir con la misión de conquistar la tierra prometida después del Jordán.
Moisés les recordó dos grandes detalles y, a la vez, nos enseña grandes lecciones.
Primero, la importancia de servir al Señor con integridad. El pueblo de la generación pasada siempre tuvo a Egipto en su corazón. Siempre anhelaron regresar y, además, tenían ídolos que cargaban en sus equipajes los cuales no les permitían ser fieles al Señor. Eso no es vivir en integridad.
Por otro lado, Josué y Caleb sí se mantuvieron fieles, creyendo al Señor en todo tiempo. Eso es ser alguien con integridad.
Segundo, Moisés quería saber si ellos habían aprendido la lección de las actitudes de sus antepasados. Sus progenitores fueron personas rebeldes al Señor y sufrieron las consecuencias de sus actos, divagando por el desierto por 40 años y sufriendo la destrucción de esa generación. Si ellos no cumplían con el mandato del Señor, entonces se volvería a repetir la historia en ellos cuando Dios los apartó de sus bendiciones, perdiendo el privilegio de pasar a la tierra prometida y más bien morir en el desierto.
Así que aprendamos de este momento tan importante para evitar vivir vidas sin integridad. También para entender la importancia de aplicar a nuestras vidas las lecciones aprendidas en momentos de adversidad y dificultades.
Muchas veces Dios quiere enseñarnos humildad, paciencia, mansedumbre y prudencia. No te enfoques en el problema en particular sino en la lección que Dios quiere enseñarte.
Al final de las palabras de exhortación de Moisés para estás tribus, ellos prometieron cumplir su promesa de pasar al otro lado del Jordán y conquistar la tierra para que sus hermanos también tuvieran su porción. Ellos eran conscientes de la gravedad de la...