Notas en Español e inglés 👇

Números 5: No dejes nada pendiente.

Números 5:1-10:
1 El SEÑOR habló a Moisés diciendo: 2 “Manda a los hijos de Israel que alejen del campamento a todos los leprosos, a todos los que padecen de flujo y a todos los que se han contaminado por causa de un cadáver. 3 Alejarán del campamento tanto a hombres como a mujeres; los alejarán para que no contaminen el campamento de aquellos entre los cuales yo habito”.
4 Así lo hicieron los hijos de Israel, y los alejaron del campamento. Como el SEÑOR dijo a Moisés, así lo hicieron los hijos de Israel.
5 También el SEÑOR habló a Moisés diciendo: 6 “Di a los hijos de Israel que cuando un hombre o una mujer cometa cualquiera de los pecados con que los hombres ofenden al SEÑOR, esa persona será culpable. 7 Confesará el pecado que haya cometido y hará restitución completa por el daño que hizo. Sobre ello añadirá la quinta parte y lo dará a aquel a quien había hecho el daño. 8 Si el hombre no tiene un pariente redentor a quien se le haga restitución por el daño, se hará la restitución al SEÑOR, para el sacerdote, además del carnero de la expiación con el cual este hará expiación por él.
9 “Toda ofrenda alzada de todas las cosas consagradas que los hijos de Israel presentan al sacerdote será para él. 10 Las cosas consagradas por cualquier persona serán para él; lo que cualquiera da al sacerdote será para este”.
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En este capítulo, en los últimos versos vemos el proceso de los celos ante el sacerdote. Por eso es muy importante que tengan una buena comunicación con su pareja, y no den cabida haciendo cosas que traigan inseguridad a su pareja para que el enemigo no juegue con sus mentes y emociones.

La reflexión de hoy está en los primeros versos. Primero, los que tenían una clase de impureza, debían esperar afuera del campamento hasta que su impureza pasara.
Esto incentivaba a que el pueblo se mantuviera libre de impurezas, y marcaba la diferencia del puro e impuro. Usualmente, el tiempo mínimo era salir hasta la noche.
Segundo, vemos en el verso 5 sobre la necesidad de estar en paz con todos. Si por alguna razón alguien le falló al Señor cometiendo una injusticia contra el prójimo, el Señor ordenaba ponerse a cuentas con la persona afectada. No dejar esas cosas pendientes e ignorarlas, porque eso acarrea culpa delante del Señor, trayendo maldición a sus vidas. Se debía restituir la pérdida reemplazándolo con el mismo valor, más el 20%. Si por alguna razón el ofensor no pudo contactarse con el afectado, se debía buscar un pariente inmediato. Si no existía, entonces debía traer la restitución al sacerdote, y así quedaba saldada la cuenta pendiente.

Espero que este ejemplo nos muestre la necesidad de no dejar cosas pendientes con alguien como algún resentimiento o alguna acción nuestra que haya ofendido a alguien. Nuestra reacción es quedarnos callados, ignorar el inconveniente y esperar que el tiempo pase para ver si se olvidó el mal momento. Pero el tiempo no va a sanar nada si no se ha enmendado primero con un arrepentimiento sincero, buscando restituir el error, intentar con todo lo que tenemos restituir el daño y, ahí sí, esperar que el tiempo sane la herida que estará en proceso de sanar, ya que se le aplicó la medicina del perdón y la reconciliación.
Si por alguna razón esa persona se desapareció del mapa y no la puedes contactar (después de haber indagado con amigos, parientes y hasta en las redes sociales), entonces puedes buscar a algún pariente y presentar tu acción de restitución.

Espero que puedas pensar profundamente si tienes alguna situación pendiente con un ser querido, con un padre, un hijo, con un amigo, con un hermano en Cristo. Libera tu alma de eso que piensas que está enterrado pero que realmente está escondido en tu corazón, y que está estorbando las bendiciones de Dios para que desciendan en tu vida.