Octubre 31: ¡Esperaré en mi Protector!
Salmos 46:1-11 RVA2015:
"Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por eso no temeremos aunque la tierra tiemble, aunque los montes se derrumben en el corazón del mar, aunque sus aguas rujan y echen espuma, y se estremezcan los montes por su braveza. Selah
Hay un río cuyas corrientes alegran la ciudad de Dios; el santuario, morada del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será movida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Las naciones se conmocionan, se tambalean los reinos. Él emite su voz, y se derrite la tierra. El SEÑOR de los Ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
Vengan y vean los hechos del SEÑOR, quien ha causado desolaciones en la tierra. Hasta los confines de la tierra hace cesar las guerras; quiebra el arco, rompe la lanza y quema los carros en el fuego.
“Estén quietos y reconozcan que yo soy Dios. Exaltado he de ser entre las naciones; exaltado seré en la tierra”.
El SEÑOR de los Ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah"
¡Este es un salmo que proclama con firmeza la confianza en Dios! ¡El Dios que nos socorre cuando pasamos por momentos de tribulación!
Es tanta la confianza en Dios que el salmista asegura que ni siquiera el evento más trágico será más grande que el poder de Dios. Ni temblores, terremotos, inundaciones, derrumbes o cualquier cosa que trastorna la tierra será capaz de amedrentarnos; pues el Todopoderoso estará con nosotros.
Espero que este salmo y este devocional que estás estudiando hoy te ayude a desarrollar una resistencia espiritual en contra de las situaciones difíciles. Que puedas desarrollar una resiliencia para enfrentar cualquier circunstancia sin temor alguno, así como David se presentó un día delante de un gigante, mientras todos estaban escondidos, David lo vio y lo retó porque era un hombre que estaba insultando el nombre de Dios, y David sabía que Dios se levantaría con mano poderosa por medio de él para destruir este gigante por sus palabras maldicientes.
Otros personajes bíblicos como Josué tuvieron que pararse al frente de muchos batallones que venían en contra de él y su pueblo para destruirlos pero su confianza firme en las promesas del Señor hicieron que ellos pudieran perseguir a sus enemigos a pesar de que ellos eran un ejército más pequeño que sus adversarios.
Por eso el gran consejo del día de hoy es aprender a esperar en el Señor. El final de este salmo nos muestra la virtud de esperar.
En una ocasión el rey de Judá llamado Josafat tuvo que enfrentarse a una multitud de enemigos. En ese momento él reunió al pueblo y le dio palabras de ánimo, orando delante de Dios, reclamando Sus promesas; y en medio del pueblo se levantó un miembro de la tribu de Leví, que eran los sacerdotes del pueblo de Israel, y lleno del Espíritu Santo les dijo: "En esta ocasión, ustedes no tendrán que luchar. Deténganse, estense quietos y vean la victoria que el SEÑOR logrará para ustedes. ¡Oh Judá y Jerusalén, no teman ni desmayen! ¡Salgan mañana a su encuentro, y el SEÑOR estará con ustedes!’” (2 Crónicas 20:17).
La estrategia de guerra fue que el pueblo debía bajar sus armas y que los músicos debían ponerse al frente del pueblo y dirigirlos en alabanza a Dios. Mientras el pueblo de Judá alababa al Señor, sus enemigos se atacaban entre ellos mismos enfrente de ellos. Cuando terminaron de destruirse, Dios les dio la orden para que vayan y que simplemente los despojen de todas las cosas valiosas para ellos y para el templo de Dios.
Así que, ¡esperemos en el Señor! Muchas veces nos desesperamos y tomamos decisiones apresuradas y terminamos afectando nuestra vida espiritual con el Señor y también la vida de nuestras familias. Nunca tomes una decisión a la ligera. Más bien clama al Señor y espera Su respuesta. Verás cómo Dios es tan poderoso...