¿Te has preguntado si Dios está hablando hoy? La verdad es que Él nunca ha dejado de hacerlo. El problema no es que Su voz sea baja, sino que nuestros oídos espirituales a menudo están sintonizados con todo menos con Él.

En este episodio, exploramos la invitación más repetida en la Biblia: "El que tiene oído, oiga". Descubriremos:

• Por qué Dios nos llama de manera personal e insistente.

• La crucial diferencia entre oír un sonido y escuchar con el corazón.

• Las graves consecuencias de endurecer nuestro corazón y tapar nuestros oídos.

• 3 claves prácticas para afinar nuestro oído espiritual y estar atentos a Su guía diaria.

No es un llamado para unos pocos. Es una invitación abierta para todos los que estén dispuestos a detenerse y decir: "Habla, Señor, que tu siervo escucha".

Si anhelas escuchar la voz de Dios con más claridad en medio del ruido, este mensaje es para ti.

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