Padre Santo Rey Eterno, me presento ante Ti, confiando totalmente en la compasión de Tu Corazón y en la intercesión materna nuestra bendita Madre, la Virgen María. Sin Ti no puedo hacer nada; dame la gracia de la perseverancia. Cuando me vez desfigurado(a) por mis pecados, te conmueves, no para juzgarme, sino para mostrarme misericordia y no necesito esconderte nada. Tu lo vez todo, con la claridad de Tu divinidad. Jamás me he equivocado cuando regreso a Ti, porque Tus impulsos son de consuelo, vida plena y me reconfortas no importando cuán complejos son mis problemas; sé que no basta solo con realizar algunas prácticas en Tu honor durante mis días; estoy llamado (a) a mas; me llamas a reproducir la imagen de Tu Hijo, vivir contigo y aprender de Ti, para que se muestre en mi, el fuego de Tu Amor. Se que es posible adorarte en el santuario interior de mi alma; así que me adhiero a Tu Divina Voluntad, en cada momento de mi historia, aún en medio de las complejidades y circunstancias de mi vida; deseo estar solo adorándote, amándote, escuchándote y hablándote. Te entrego mi incapacidad de realizar lo que me has inspirado hacer, para descansar en la Presencia íntima de Tu Corazón. Que mi pobreza, mis enfermedades e incluso mi inconstancia, no sean un obstáculo para abandonarme siempre y totalmente en Tu Amor y Misericordia. Amén.Tarea; A través de la oración, disminuye tu resistencia a entrar resueltamente en el camino de santidad que Dios está abriendo delante de ti. Padre David Estrada Cuéllar.