Las denuncias por distintos tipos de violencias ejercidas contra mujeres aborígenes en la provincia norteña ponen en discusión una problemática aún más profunda, la falta de un auténtico abordaje intercultural desde el Estado con las distintas comunidades aborígenes de todo el país.

En comunicación con Marcela Ojeda y Valeria Sampedro, la antropóloga e investigadora del Conicet Mariana Gómez explicó el sometimiento que hubo en distintos puntos del país y señaló: "Hay una pobreza estructural de larga data, ya que las comunidades indígenas fueron despojadas territorial y culturalmente". En ese marco, manifestó que "hay mucha diversidad entre las comunidades y cada una tiene sus problemáticas particulares", al tiempo que enfatizó: "La persecución a referentes indígenas es una realidad".

Por su parte, la trabajadora de la salud en Formosa e integrante de la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH) Alejandra Carrizo describió la situación en la provincia y sostuvo que "hubo enormes arbitrariedades sobre la forma en que se implementaban las medidas del aislamiento social, preventivo y obligatorio". "Hubo traslados forzosos a cualquier hora de la noche, fragmentación de la familia y ausencia de la información", detalló, y agregó: "Generaban desconcierto y angustia en las personas que eran objeto de esas prácticas".