La memoria los debe mantener intactos como antecedentes de las prácticas destituyentes donde los medios y la justicia desviada, reemplazaron a los cuarteles, dando vivas muestras, en los países hermanos, de hasta donde son capaces de llegar. En tiempos de incertidumbre y operaciones de desgaste de la democracia, hay que sostener activamente el sistema de vida que conseguimos desde hace 38 años, por la tenacidad de las Madres y  las Abuelas que son testimonio y herencia de los 30 mil. Esos que soñaban con una Argentina libre, con justicia para todos y soberana en todas las instancias de merecimientos del pueblo. Conciencia y memoria frente a los fundamentalismos del mercado, la exclusión y ese país para pocos, que puede volver. Hubo otros 16 de septiembre, llenos de dolor y con el mismo odio.