Cristo proclamó en voz alta que estaban equivocados en lo que pensaban sobre su origen. Fue enviado por Dios, quien se demostró fiel a sus promesas. Esta declaración, de que ellos no conocían a Dios, con su pretención de tener un conocimiento peculiar, provocó a los oyentes; y procuraron detenerlo, pero Dios puede atar las manos de los hombres aunque no convierta sus corazones. | Pr. Antonio Urrutia V.