Hace unos años un grupo de mujeres colombianas ciegas o con baja visión, decidieron dejar atrás sus temores, ponerse los guayos, enfundarse la camiseta, lanzarse al campo de juego, y vivir su pasión no solo con el objetivo de jugar, sino de mostrar que los sueños se cumplen y que las limitaciones solo están en la mente. Ellas hacen parte de las selecciones Cundinamarca y Colombia de fútbol 5 adaptado, o fútbol sonoro, para personas ciegas que encontraron en deporte una forma de eliminar barreras y prejuicios. Ejemplo de perseverancia, amor, resiliencia, libertad e independencia.