La migración en México es un fenómeno complejo que genera impactos tanto positivos como negativos en distintos ámbitos de la sociedad. Entre los impactos positivos, destaca la contribución económica que las personas migrantes ofrecen, muchos empleos esenciales en sectores como la agricultura, la construcción, el servicio doméstico o el comercio informal, ayudando a sostener ciertas actividades económicas y a cubrir necesidades laborales que a veces la población local no puede satisfacer.