[Lucas 15:8-10] “O supongamos que una mujer tiene diez monedas de plata y pierde una. ¿No encenderá una lámpara y barrerá toda la casa y buscará con cuidado hasta que la encuentre? 9 Y, cuando la encuentre, llamará a sus amigos y vecinos y les dirá: “¡Alégrense conmigo porque encontré mi moneda perdida!”.10 De la misma manera, hay alegría en presencia de los ángeles de Dios cuando un solo pecador se arrepiente»”. ¿Has perdido algo importante para ti alguna vez? ¿O quizás algo no tan importante pero necesario para un momento en particular y no pudiste encontrarlo? Sin duda que es una situación muy incómoda, molesta e inquietante ¿cierto? Y la primera medida que tomamos cuando esto ocurre es ponernos de cabeza a buscarlo por todos lados hasta encontrarlo. El pasaje de Lucas habla de una mujer que se le pierde una moneda y la busca diligentemente, tal como Dios nos busca a nosotros día a día.