Viaja a tu ser interior, mírate a los ojos y preguntate ¿Cómo estás hoy?

Regálate unos minutos para conectar desde la visualización del mar, en una metáfora que te permite sacar tu basura interior y llenar tu corazón de amor y paz.

Entrega a tu ser superior o divinidad, a ese ser en el que tu creas, tus angustias y situaciones complejas; déjate abrazar y recuerda que no estás sólo (a).

¿Cuántas veces en tu caminar cargas cosas que no te corresponden? Entrega a cada quién su responsabilidad, y asume lo que te pertenece  a ti con responsabilidad.

Detente, respira, observa, agradece, cada cuánto hacemos estas acciones en nuestra vida diaria.

¿Cuáles pensamientos te han habitado en los últimos días? ¿Cuáles de esos pensamientos te permiten relacionarte de la mejor manera contigo y los demás? ¿Reconoces tus pensamientos negativos? ¿Qué vas hacer con ellos?

Conecta con tu niña(o) interior, con tu adolescencia, tu juventud, y tu adultez. Reconoce todo lo que has logrado y amate incondicionalmente.

Conecta con tu corazón, perdónate, sanate, amate.

Déjate llevar y conectar con la luz divina para tu limpieza energética, física y mental. 

Es importante ir transformando nuestro dialogo interno basado en creencias limitantes de posibilidad, capacidades y merecimiento por hábitos más sanos de pensamientos positivos, decretando y actuando para llegar a lo que nos proponemos.