En la era digital, el consumo excesivo de contenido superficial en redes sociales está afectando nuestra capacidad de atención, memoria y creatividad. Este fenómeno, conocido como podredumbre cerebral, está respaldado por estudios científicos que demuestran cómo el bombardeo de información trivial y la gratificación instantánea alteran la forma en que procesamos la información y tomamos decisiones.