Hubo una ciudad enterrada en el tiempo. Sus restos, conservados como una estampa de aquellos instantes, mantienen la impronta de la vida que seguía su ritmo sin saber que, en cuestión de minutos, iba a quedar para que dos mil años después, llegase a nosotros la visión de cómo vivían los habitantes de aquel magnífico lugar. Acompáñanos porque hablamos de eso y mucho más.