El casco protege uno de los miembros vitales de nuestro cuerpo que es la cabeza. Es increíble pensar que el uso o no uso de una protección en la cabeza constituya la diferencia entre la vida y la muerte en un accidente. Uno de los componentes de nuestra armadura espiritual es el casco de la salvación. Cuando vemos a alguien andar en moto sin un casco pensamos que inconsciente, me imagino cuando Dios nos ve andar por la vida sin el casco de la salvación debe pensar lo mismo. Pongámonos el casco de la salvación y protejamos nuestra cabeza de todos los ataques que la misma recibe a diario.