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Los dispositivos con asistentes virtuales utilizan voces femeninas en la mayoría de los casos. Según estudios de empresas de tecnología, las personas usuarias de gadgets prefieren interactuar con voces de mujeres porque las perciben como serviciales y amables. En cambio, asocian las voces masculinas con el poder, el mando y la autoridad.
Sin embargo, detrás de esas explicaciones simples se esconden otros factores que influyen en la decisión de poner voz femenina a los programas de asistencia, como los estereotipos de género.
Si en la cultura patriarcal se asume que las mujeres deben servir y cuidar a los demás, no sorprende que Siri y Alexa una cuidadora realicen, sobre todo, esos trabajos.
“Básicamente, cumplen funciones de asistencia, cumplen funciones de cuidado. Te pueden recordar cosas, te pueden poner alarmas, te hacen la lista del súper, te encienden y apagan las luces, te ponen música. Cumplen una función de cuidado, de asistencia. Al final, el que estas tecnologías tengan voz de mujer no es un accidente”, explica Brenda Aguirre, comunicóloga, especialista en tecnofeminismo y ciberfeminismo.
En este podcast se expone cómo las voces de las asistentes virtuales son un reflejo de los estereotipos de género que reproducen quienes desarrollan aplicaciones tecnológicas, en su mayoría hombres.
También influye la desigualdad laboral presente en los sectores tecnológicos, donde las mujeres reciben propuestas salariales menores o se emplean en menor proporción.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) explica en su informe de 2020 sobre inteligencia artificial e igualdad de género que la tecnología tiene el potencial de propagar y reforzar estereotipos que, a escala mundial, estigmatizan y marginan aún más a las mujeres.
Fotografía: Eunice Adorno
Los dispositivos con asistentes virtuales utilizan voces femeninas en la mayoría de los casos. Según estudios de empresas de tecnología, las personas usuarias de gadgets prefieren interactuar con voces de mujeres porque las perciben como serviciales y amables. En cambio, asocian las voces masculinas con el poder, el mando y la autoridad.
Sin embargo, detrás de esas explicaciones simples se esconden otros factores que influyen en la decisión de poner voz femenina a los programas de asistencia, como los estereotipos de género.
Si en la cultura patriarcal se asume que las mujeres deben servir y cuidar a los demás, no sorprende que Siri y Alexa una cuidadora realicen, sobre todo, esos trabajos.
“Básicamente, cumplen funciones de asistencia, cumplen funciones de cuidado. Te pueden recordar cosas, te pueden poner alarmas, te hacen la lista del súper, te encienden y apagan las luces, te ponen música. Cumplen una función de cuidado, de asistencia. Al final, el que estas tecnologías tengan voz de mujer no es un accidente”, explica Brenda Aguirre, comunicóloga, especialista en tecnofeminismo y ciberfeminismo.
En este podcast se expone cómo las voces de las asistentes virtuales son un reflejo de los estereotipos de género que reproducen quienes desarrollan aplicaciones tecnológicas, en su mayoría hombres.
También influye la desigualdad laboral presente en los sectores tecnológicos, donde las mujeres reciben propuestas salariales menores o se emplean en menor proporción.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) explica en su informe de 2020 sobre inteligencia artificial e igualdad de género que la tecnología tiene el potencial de propagar y reforzar estereotipos que, a escala mundial, estigmatizan y marginan aún más a las mujeres.
Fotografía: Eunice Adorno
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