Quién de nosotros alguna vez no vivió una crisis de fe. En algún momento de nuestra vida, hemos tenido esas preguntas que pusieron en riesgo nuestra fe. ¿Será que he venido confiando en algo que posiblemente jamás suceda? ¿Estaré siendo escuchado?, ¿Será verdad lo que vengo escuchando acerca de Dios? ¿Por qué Dios le contesta a otros y a mí no me escucha?, etc. etc. Esas crisis suceden, pero la palabra de Dios nos enseña a enfrentarlas y a salir potenciados de ellas.
La vida de Abraham es un buen ejemplo a tener en cuenta.