Somos creados cada uno de nosotros con una identidad propia. Tenemos maneras de demostrar nuestra identidad y la más clásica es exhibiendo nuestro documento que acredita quienes somos. Pero más allá de un documento legal que es propio e intransferible tenemos también una identidad única que tampoco podemos transferir o evadir sino que es la que nos caracteriza e identifica en la vida sobre quienes somos realmente.

Cuántas veces nos hemos preguntamos quienes somos y qué queremos ser. Esa crisis que en algún momento de la vida nos determina y predestina a ser quienes somos. ¿Tenemos claridad sobre nuestra verdadera identidad? ¿Sabemos que queremos ser en la vida y hacia dónde vamos? ¿Vivimos una vida volátil y cambiante o caminamos seguros de nuestra identidad? Cristo nos muestra con claridad nuestra identidad y nos potencia frente a esa crisis sobre el quién soy y que estoy haciendo en la vida.