Algo que vino a instalar el COVID19 es la imposibilidad de tener contacto directo
con los seres más queridos. Se instaló la figura del “distanciamiento social obligatorio” como
una nueva forma de vida. Ese distanciamiento social ha provocado un acercamiento al núcleo más duro de nuestras relaciones. Ahí comenzaron a generarse grietas y conflictos donde antes no estaban o por lo menos estaban ocultos. Uno de nuestros principios en El Faro dice “Vivimos relaciones sanas y auténticas, buscamos ser auténticos y desarrollar relaciones sanas en nuestras familias, amistades, iglesia y grupos. Conversamos, escuchamos, disentimos, nos ponemos de acuerdo, perdonamos y pedimos perdón.”
Como salir potenciados en estas relaciones más cercanas y no tan cercanas como aquellas
pero no menos necesarias.
Por tal motivo vamos a ver algunas reflexiones que nos ayuden a tener relaciones
interpersonales sanas y auténticas.