Solo una persona llena del Espíritu Santo puede servir y ser de bendición con poder. El fruto del Espíritu Santo se divide en 9 características: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza. Todas estás características conforman el fruto del Espíritu y como Cristianos debemos aprender a desarrollar cada una de ellas, para poder dar testimonio que somos Hijos de Dios.