Cuando pensamos más allá de lo que está escrito ¡en cuantos problemas nos podemos meter! Si nosotros encerramos nuestros pensamientos en lo que Dios nos dijo en lo que está escrito y aprendemos a pensar en función de lo que Dios nos
dijo, no habrá argumentos humanos que puedan derribarnos en nuestra gloriosa peregrinación hacia la ciudad celestial.