Collage con trazos de Residente, confidencias de seres sentipensantes y las sensaciones que dejan los primeros reencuentros de abrazos prohibidos. Todavía hoy el amor se llama prudencia e invita a querer sin tocar. Cortocircuito impensable. Paseamos desde el desgaste por seguir el "camino correcto" de proteger mirando de lejos , a la sensación de goce por el regalo que supone, aún con mil capas protectoras, tener delante a quien queremos. Saber que está. Que “Eres. Me basta”. Música: Residente. Antes que el mundo se acabe. Por Ana Gragera.