Procede del griego propoleos, genitivo de propŏlis.  El propóleos es una sustancia cérea que obtienen las abejas de las yemas de los árboles y que luego procesan en las colmena, convirtiéndola en una potente sustancia química con el que cubren las paredes de la colmena, con el fin de combatir las bacterias, virus y hongos que puedan afectarla.  Todo esto proviene de recursos de la internet.