
Sign up to save your podcasts
Or
Estamos llamados a ser testigos de la fe, a tiempo y a destiempo, porque no sabemos si somos el único evangelio que alguien más podrá leer. Nuestro testimonio tiene el poder de tocar vidas, incluso cuando menos lo esperamos. Cada acción, palabra o gesto puede reflejar el amor incondicional de Cristo. No permitamos que el miedo o la vergüenza nos silencien; que no nos tiemble el corazón al profesar nuestra fe. Enseñémosle al mundo que el amor de Jesús no solo nos salvó a nosotros, sino que tiene el poder de salvar a todos aquellos que decidan abrirle su corazón, sin importar su pasado o sus errores. Que aunque el mundo nos rechace o nos excluya por causa de su nombre, jamás debemos olvidar que Él nunca nos dejará. Si somos excluidos por seguirle, Él permanecerá a nuestro lado, guiándonos con su amor y su gracia, porque en su presencia no estamos solos.
Estamos llamados a ser testigos de la fe, a tiempo y a destiempo, porque no sabemos si somos el único evangelio que alguien más podrá leer. Nuestro testimonio tiene el poder de tocar vidas, incluso cuando menos lo esperamos. Cada acción, palabra o gesto puede reflejar el amor incondicional de Cristo. No permitamos que el miedo o la vergüenza nos silencien; que no nos tiemble el corazón al profesar nuestra fe. Enseñémosle al mundo que el amor de Jesús no solo nos salvó a nosotros, sino que tiene el poder de salvar a todos aquellos que decidan abrirle su corazón, sin importar su pasado o sus errores. Que aunque el mundo nos rechace o nos excluya por causa de su nombre, jamás debemos olvidar que Él nunca nos dejará. Si somos excluidos por seguirle, Él permanecerá a nuestro lado, guiándonos con su amor y su gracia, porque en su presencia no estamos solos.