¿Vieron cuando uno se despierta y no se quiere despertar porque el sueño estaba muy bueno? ¿y qué pasa si además ese sueño no es algo irreconocible sino que lo vivimos, que es una memoria?
Cuando abrís los ojos sentís una mezcla alegría y de tristeza. Es una incógnita que nos toca experimentar, y en este poema Gabriela Kizer nos lo cuenta a través de la historia de dos personas escondidas en un malecón.