El 26 de agosto de 1990 ha pasado a la historia como uno de los más lúgubres de la crónica negra de nuestro país. Mientras Jerónimo Izquierdo estaba en la cárcel, ardió la casa familiar y en el incendio murió su madre. Años más tarde, otro 26 de agosto, sus hermanos, Emilio y Antonio, salieron a la calle y dispararon a todo aquel que se cruzó en su camino. Nueve personas resultaron muertas y más de una docena, heridas.