Javier Cancho regresa a 'Por fin no es lunes' desde su estación de radio en un faro del Cantábrico para contarnos que el mayor aprendizaje que ha hecho este verano es que todas las formas se deforman.

Nadie que nos esté escuchando podrá contradecir lo que voy a afirmar a continuación: siempre son otros los que se mueren. Hasta ahora ha sido así, ¿verdad? Y si hay alguien que tenga algo que objetar que lo diga ahora o calle hasta la eternidad. Sé que es posible que mi tono suene hoy algo brusco. Suele pasar que cuando me pongo a hablar de la muerte, hay gente a la que no le gustan mis modales.

Desde una estación de radio en un faro en el Cantábrico, Javier Cancho nos cuenta la historia que hay detrás de unas memorias. Las de Mary Trump, sobrina del presidente de los Estados Unidos.

Desde un faro en el Cantábrico, Javier Cancho nos habla del ilustre escritor Francisco Gómez de Quevedo y su encuentro con la reina Isabel de Borbón. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sería una conversación con Quevedo?

Esta semana conocíamos lo que se va sabiendo de la extraña muerte de un número enorme de elefantes en Botsuana. Están falleciendo en una proporción sin precedentes. Desde principios de mayo, se han contabilizado más de 350 cadáveres de elefantes en el delta del Okavango. Y de momento, lo único que hay para tratar de explicarlo son sospechas.

Javier Cancho nos cuenta en Por fin no es lunes la historia de una mujer que emigró a Estados Unidos y que años después emprendió un viaje para regresar su hogar, en Europa del Este, a pie.

Viajen con nosotros. Tenemos la intención de partir hacia 1920. Ponemos rumbo a lo que estaba sucediendo hace ahora cien años. Hace cien años, el presidente de los Estados Unidos se llamaba Woodrow Wilson. También conocido como el redactor de los 14 puntos.

La idea que tenemos -durante los próximos minutos- es volver a transitar un viejo camino parar tratar de aprender algo nuevo. Algo en lo que no reparamos la primera vez. Esa también es una forma de educación: desaprender lo que creíamos o -dicho de otro modo- aprenderlo de otra forma. Es decir, la intención consiste en retroceder en el tiempo a un instante ocurrido hace algo más de 50 años. Fue al día siguiente del asesinato del defensor de los derechos civiles Martin Luther King.

El terremoto de Valdivia fue el mayor movimiento sísmico de la historia. No ha existido que se sepa otro movimiento telúrico como el sucedido hace 60 años. Los testigos contaron que -incluso- se veía como las montañas se balanceaban. Se prolongó durante cinco minutos que resultaron interminables. Alcanzó una magnitud de 9’5. Mató a 2.000 personas, dejando 2 millones de damnificados.

¿Cuando el ser humano profundiza en la edad adulta va perdiendo sus valores? Para responder a esa pregunta, que -podríamos decir- tiene una trascendencia metafísica, vamos a contar una historia. Una historia real. La historia de alguien llamado Franz Jägerstätter. Franz fue un hombre que se enamoró y tuvo un sueño.