Fabián Harari, en su columna semanal en NdR Radio, habló sobre la crisis política y las cambiantes alianzas que se están produciendo en la Argentina. Actualmente, resulta muy difícil, en general, tratar de dilucidar cómo son las relaciones entre las distintas personalidades políticas. Exceptuando a determinados representantes como Alberto Fernández, Cristina Fernández, Sergio Massa, Horacio Rodríguez Larreta y Mauricio Macri, cuesta ver quién está alineado con quién porque las alianzas cambian todo el tiempo.
Por su parte, Alberto intenta trazar lineamientos con los intendentes contrarios a La Cámpora. La prohibición de la reelección de estos funcionarios, al presidente, le puede resultar en un arma de doble filo. Esto se debe a que el entorno de cada intendente, al ver que no tiene posibilidades de acceder a la intendencia, puede provocar un desprendimiento del mismo y producir la aparición de nuevos partidos vecinales. Este tipo de movimientos ya se empiezan a observar en algunos municipios. Alberto se encuentra intentando tejer redes no sólo con los intendentes sino también con los gobernadores. Si bien estos últimos serían un puntal de apoyo del presidente, también sus vínculos oscilan entre Cristina y Massa. Esto puede verse en el caso de la carta firmada por el cristinismo al Fondo Monetario Internacional (FMI), que dicen estaría entorpeciendo las negociaciones de Martín Guzmán con los enviados de esta entidad internacional, que fue firmada por los senadores que cumplen lo que los gobernadores le indican. En este punto, la crisis se agudiza porque Cristina no cumple lo que dice en esta primera carta donde expresa que este no es su gobierno y quien dirige el país es Alberto. Hace poco, emitió una segunda nota en donde condiciona las negociaciones con el Fondo Monetario. Posteriormente, se pronunció diciendo que la deuda que tome el gobierno no puede utilizarse para gastos corrientes, es decir, que no hay gradualismos. La vicepresidenta mediante esta maniobra está jugando a dos puntas. Por un lado, fuerza al gobierno a un ajuste feroz y a una crisis generalizada y, por otro lado, muestra que es capaz de postularse para hacer el ajuste que están pidiendo.
El columnista explicó que lo que estamos viendo ahora es una constaste reorganización de las alianzas políticas. Su armado y desarmado brusco se produce porque hay una aceleración de la crisis política y existe una falta de fondos para poder tejer relaciones. No hay ninguna estabilidad ni capacidad de conformar algo estable. Todo es una oportunidad y un problema al mismo tiempo.