San Agustín dijo célebremente: "Nuestros corazones están inquietos hasta que descansan en Ti". En un momento u otro, todos nos encontramos tratando de llenar ese vacío o esa inquietud con cosas que no son Dios. El resultado pueden ser apegos malsanos y adicciones que nos impiden abrirnos plenamente a Su gracia y paz. Gracias Luis por esta bella reflexion.