Perder la fe en nosotros mismos podría resultar peligroso y arriesgado, si pierdes la fe en tí, te estás perdiendo a ti mismo, y si te pierdes a ti mismo no habrá razones para continuar. Por ello es de real importancia que valores el impacto que has tenido sobre las personas, es probable que te des cuenta que tu mismo puedes ser la fe para alguien más.